¡¡AFRICA!!
Uno se levanta todo ilusionado pensando que el barco nos llevaría fianalmente a Egipto, nuestro destino final. Pero el destino puede cambiar como cambia el viento de rumbo. Hemos rozado la desgracia y vivido una experiencia totalmente nueva para cada uno de los tres. Esas experiencias que no se olvidadan ni se quieren volver a revivir.
Si me dice alguien que esta misma noche íbamos a estar a punto de zozobrar, y que por capricho del destino no se ha hundido el barco que nos llevaría a Asuan,en Egipto, pensaría o que estaba ebrio, pasado de speed o simplemente mal de la cabeza!!! ...pero tan mal no estaba porque ha acertado de lleno.
Dejamos Wadi Halfa, muy ilusionados por lo que ya comentamos en el capitulo anterior, ..no es el mejor lugar del planeta, pero también comentando por lo que habíamos leido en guias de viaje, que el barco que nos llevaría en una travesía de 18 horas hasta Aswan, no iba a ser un crucero de lujo.
Al llegar a la pequeña terminal del puerto de Wadi Halfa, el caos es total y absoluto, lo más normal en África. Nuestro fixer nos ayuda con todos los tramites burocráticos y aduaneros. Al final nos juntamos en el mismo grupo del fixer, un español, Jordi, una francesa, dos ingleses, y dos alemanes, además de nosotros.
Entramos en el vetusto buque, con billete de segunda. La primera ya estaba completa. El barco es un antiguo ferry, desvencijado, viejo, muy deteriorado, con dos niveles de acomodo y una cubierta superior. En la segunda clase da pena siquiera asomar la cabeza. Bancos alargados, en los que ha desaparecido el respaldo acolchado. Aseos nauseabundos con los sumideros rotos donde el orín cae directamente al suelo y hay que hacer un esfuerzo titánico para visitar a nuestro amigo roca. Sin papeleras, con un fuerte olor a gasoil y con un mobiliario que se ha ido rompiendo y nadie ha querido ni reponer ni de arreglar. Sencillamente un barco que no cumpliría los requisitos mínimos de navegabilidad de cualquier país civilizado, pero nuevamente esto es África.
Zarpamos a las cinco de la tarde, con destino Aswan. La travesía debe de durar 18 horas, con lo que nuestra estimada de llegada esta prevista para las once de la mañana del día siguiente. Nos acomodamos en el nivel inferior del buque. Somos casi los primeros en embarcar, así que intentamos reservar los bancos más largos para intentar poder descansar lo mejor posible por la noche. Despues de recibir la cena que viene incluida en el precio del billete, intentamos acomodarnos lo mejor posible en el "barracón" que nos ha sido asignado. En uno los hombres y en el otro las mujeres y los niños. Es practicamente imposible poder conciliar el sueño, ni tan siquiera con tapones de oídos puestos. El ruido es ensordecedor, las carcajadas, las discusiones por el mejor sitio, los gritos, el tabaco negro egipcio, hacen del lugar un sitio muy poco confortable y mucho menos agradable. La fiesta y el escandalo se prolonga practicamente hasta las dos de la mañana, donde poco a poco el cansancio va haciendo mella, y la gente empieza a tumbarse en el suelo, unos encima de otros, hacinados sobre toda la suciedad acumulada hasta el fin de fiesta. Agua, colillas,restos de conmida, cascaras de pipas, pistachos, bolsas, ecupitajos.......todo ese material se convierte improvisadamente en el colchón de los rezagados que entraron en el barco en el ultimo momento, pero parece que poco importa, deben de estar ya acostumbrados a ese tipo de colchón.
Despues de lo que se suele llamar en la mancha, una "noche toledana", parece que conciliamos los tres un poco el sueño de madrugada encima del banco que era como un cilicio, imagino fruto del agotamiento de toda la noche, que de la comodidad del mobiliario. Un impacto parecido a un arrastre de metal hace temblar todo el barco, y el ferry se detiene con una desaceleración brutal que hace que mas de uno caiga al suelo desde el banco. Son las cinco de la mañana. Me despierto sobrecogido y veo que el barco esta escorado. Enseguida me salta la alarma y me pongo las zapatillas a toda velocidad y corro a popa para echar un vistazo. Son las 05.30 de la mañana, todavía es denoche, y entre la poca luz que hay y la confusión que reina en el barco, aprecio erróneamente que la popa se estaba llenando de agua. Corro a donde estan Luis y Jorge y les comunico que probablemente hay una vía de agua y hay que salir zumbando hacia la cubierta superior. La megafonía del barco dice algo para nosotros ininteligible en árabe. La gente corre como locos cubierta arriba. Nosotros recogemos como rayos las cuatro cosas que hemos traído al barco y subimos a la cubierta. El buque esta escorado unos grados a estribor y unos grados proa arriba.
En la cubierta superior buscamos el arcón de los salvavidas y nos lo colocamos unos a otros, para prepararnos para lo peor. Ya hay gente que esta examinando los mecanismos para arriar los botes salvavidas. Nadie de la tripulación va uniformado, con lo cual es imposible reconocerlos, pero la verdad es que en ningún momento se dieron a conocer ni dieron la mas mínima instrucción al respecto. Uno que esto, por deformación profesional lo lleva a rajatabla, se queda totalmente sorprendido de que nadie de la tripulación diera la cara ni ayudara en las las de 12 horas que hemos permanecido escorados.
Hemos tenido una suerte tremenda. El barco se ha tragado una gran roca , `pero por suerte la ha pillado por el mismísimo medio, y el casco ha subido por ella como si se tratara de una moto de trial. Medio metro a la derecha o a la izquierda de nuestra trayectoria hubiese supuesto el hundimiento del buque sin ninguna duda. Así el barco ha quedado como calzado por la enorme roca del fondo. Pero la sorpresa nos llega cuando sacamos el GPS y vemos que además de estar mas de 7 kilómetros fuera de ruta convencional, el buque esta orientado al sur, cuando Aswan esta en rumbo norte. Pero a donde demonios íbamos rumbo sur y 7 kilometros metidos en una lengua dentro del lago Naser, a Wadi Halfa de nuevo?
Ya las cosas empiezan a tranquilizarse y vemos que es imposible que el barco se hunda, porque esta sencillamente sobre la roca. Tratan de sacarlo con la reversa a tope de potencia del barco. Una maniobra desde mi punto de vista de lo mas desconsejada, porque si llega a tener una grieta el barco y lo hacen volver de nuevo al agua, entonces si que hubiésemos tenido un problema.
Vemos que los telefonos carecen de cobertura y sacamos el nuestro satélite. Como somos previsores, la noche anterior en Wadi Halfa lo habíamos cargado y teniamos las baterías al 100%. LLamamos al numero de la embajada de España que aparece en la guía Lonley planet, pero es erróneo. Así que de nuevo llamar a mi hermano Alfonso para que desde España, nos localice los telefonos correctos. A la tercera va la vencida y acierta con uno que es el consulado de España en Alejandría. Explicamos el problema a la secretaria y enseguida nos llama el cónsul y se pone manos a la obra con el gobierno Egipcio. Transcurre toda la mañana, dando posiciones GPS, hablando con el consulado de España en Alejandría y en el Cairo. Fianalmente todo da su fruto y nos comunica el cónsul en Alejandría que vienen los militares y un barco de rescate. La información luego es confusa porque hay también unos polacos que han hablado con su servicio diplomatico y nos dice que viene un remolcador. Al final es el servicio español el que tiene la razón. Se aproximan dos zodiac con personal militar y una hora mas tarde un barco igual al nuestro para el rescate, mas una barcaza remolcadora.
Despues de una maniobra de aproximación a nuestro buque, saltamos al otro de rescate. Que follón!!! Nuevamente gritos , empujones, y caos. Eso para pasar de un barco a otro, imaginaros si hubiésemos tenido que hacer una evacuación de emergencia. Acabamos a tiros, de eso estoy seguro. Han pasado 12 horas desde el accidente hasta nuestro rescate y ya navegamos rumbo de nuevo a Aswan.
Tengo que matizar una serie de cosas sobre lo que ha ocurrido.
Notas de Viaje
