SUDAMERICA
Ultima jornada en Ecuador, hacemos la visita obligada a Otavalo para disfrutar de su famoso mercado de artesanía, y al también obligado parque Cóndor, para posteriormente dirigirnos al paso fronterizo de Tulcan. Hemos terminado nuestro recorrido por Ecuador con una impresión un poco insipida. Digo esto, pues aunque se trata de un país muy bello, con paisajes increíbles, no ha habido nada de lo que verdaderamente uno pueda decir, ¡que impresionante! Habría que destacar el recorrido Quilotoa como punto estrella y Quito. No hemos tenido ningún inconveniente en cuanto a la seguridad se refiere, pero sus gentes no son abiertas como ocurre en el resto de Sudamerica, especialmente la gente con marcados rasgos indios. Puede que pertenezca a parte de su cultura, ..por contra también nos hemos encontrado con gente verdaderamente amistosa y agradable, como los amigos del servicio oficial Adeco-Bosh de Quito.
El tranquilo y agradable pueblo de Otavalo, no tiene más interes que su espectacular mercado de artesanía, hay otro gran mercado los Jueves y Sábados, donde el pueblo entero se llena de puestos de productos de primera necesidad. Si bien, el mercado que más puede atraer al visitante extranjero, es el "mercado de los ponchos", un mercado al aire libre plagado de puestos de artesanía andina, cuadros, cueros, madera, alpaca...una delicia para aquel turista que le encanta zambullirse en este tipo de laberintos y convertir luego su casa casi en un bazar de "ovnis". Como complemento a la visita a Otavalo, podemos visitar a pocos kilometros el muy merecido Parque Cóndor. Un parque privado, que se dedica a la recuperación de rapaces y condores. Además de la visita guiada a los diferentes pajaros, a las 10 y a las 16.30 horas, os podéis deleitar con una exhibición de cetrería incluida en el precio de la entrada. Creo que merece la pena.
Tengo que destacar la amabilidad de la gentes de Otavalo. Salimos mi camarada Vidal y yo, a tomar algo por la noche, y rápidamente hicimos amigos, pasando una velada agradable.
De camino a la frontera vale la pena desviarse a visitar el santuario balneario de la virgen de la Paz. Es una bonita pista de tierra encajonada en un desfiladero que te lleva al balneario y santuario. Muy tranquilo y agradable. Hay restaurantes y hoteles, hasta un convento de monjas.
Por el paso fronterizo de Tulcan se abandona Ecuador. Como ya de todos es conocido, se debe evitar pasar las fronteras por la noche y se pernota en ella o cerca de ella, buscar un sitio seguro. La frontera dista unos 5 kilometros de Tulcan, es un paso fácil, primero sellar el pasaporte y luego hacer la salida del vehículo.
Notas de viaje: