SUDAMERICA
Salir de la Paz, hacia el barrio alto para tomar la carretera hasta el yacimiento arqueológico, no es nada nada fácil. Unas cuestas que le quitaban el aire al camión, un trafico de lo más anárquico y caótico, además, cada vez que te aproximabas más a la zona alta, la cosa empeoraba. Ya os podéis llevar una buena cartografía porque no encontraréis ni una solo indicación que te pueda orientar para ir a las ruinas. Algunas veces adquiríamos una tensión en la cabina, que nos hacía perder los papeles. Todo el mundo pitando, cerrandote, acosandote, un auténtico circo.
Lo mejor para llegar a Tiahuanaco, es tomar inicialmente la ruta 2, bordear el aeropuerto para interceptar la 1. No vereis ninguna indicación al llegar a la 1. La carretera es buena hasta llegar al pueblo. Allí encontraréis el yacimiento en estado puro, y digo esto porque siguen escabando para desenterrar la gran piramide que está oculta. Nosotros nunca habíamos presenciado un trabajo arqueológico insitu, y nos pareció de lo más interesante. Junto con la entrada al yacimiento viene incluida también las entradas a sus dos museos, por cierto, el más reciente donado el edificio por nuestra reina Sofía, que siempre desde el anonimato, vamos encontrando sorpresas como estas.
El yacimiento, el más importante de Bolivia, no os decepcionará y esto si bien merece un desvio.
Notas de viaje: