SUDAMERICA
Pasado los Libertadores, nos dirigimos como balas a Santiago de Chile. No para conocerlo, porque ya lo habiamos hecho en otra ocasión, sino para recoger un regalito que nos dejó Papa Noel por adelantado en el Hotel Sheraton. Unos preciosos amortiguadores Koni, venidos de Holanda, vía Segovia, Madrid y Santiago de Chile. Casi nada verdad? Toda esta logística no sería posible sin la gente que esta detras claro. Mi hermano Alfonso en Segovia, mi buen amigo Jorge Martínez en Madrid y la colaboración desinteresada del comandante Mauro Merino, de Iberia, que se los trajo debajo de su brazo desde Madrid a Santiago de Chile. Que más se puede decir! También ha habido una persona en México, Felipe, que nos ha aportado las referencias técnicas para poder elegir el producto concreto y perfecto. A todos ellos quiero darles mi mas sentido agradecimiento.
Claro que los cohetes (amortiguadores), no ajustaban en su alojamiento y tuvimos que hacer una serie de modificaciones en un taller de Santiago, pero ahora parece que vamos en un Formula 1. Parece otro vehículo. Todo estabilidad y se han eliminado los odiosos balanceos de carrocería. Un 10!!!
Santiago, no es una ciudad para ir en motorhome y menos con nuestra altura. Es como ir a Madrid. No encontraréis un parking vigilado que te permita introducirlo por la altura. No hay camping, en fin, un verdadero engorro.
Seguimos nuestra ruta por la 68 hasta Valparaiso, cruzando enormes vegas de viñedos por la zona de Casa Blanca. Valparaiso es patrimonio de la humanidad por la Unesco. Es una ciudad atípica. Construida en decenas de cerros, que se accede a ellos por numerosos ascensores, algunos de la época del vapor, 1883, como el más longevo, el Concepción, o el bonito Peral, o el curioso Polanco. Cada uno sube a su correspondiente barrio. Algunos son municipales (100 pesos) y otros privados (350 pesos El concepción).
Palacetes, trolebuses del año 1945, infinidad de bares, ambiente portuario,cierta inseguridad,buenos restaurantes de pescado, sede de la Armada chilena, y lugar de moda para pasar el fin de año, la hacen una ciudad especial. Creo que es de las típicas ciudades que o te gustan a primera vista o la llegaras a odiarla siempre. "¡Carlitos P. Torres, esta es nuestra ciudad para pasar la próxima noche vieja, como nos hemos acordado de vosotros"!!!
Nada que ver, a su vecina Viña del Mar, que seguro es del gusto de todos. Con la mitad de carisma que su hermana mayor, Viña del Mar es una ciudad balneario de verano. Como si fueses a San Juan, Alcante. Bulliciosa en verano, con torres de apartamentos, bares de moda, gente guapa, buena playa y por supuesto mucho más segura. Yo me quedo con Valparaiso pero para eso estan los gustos.
Hemos pasado a Chile y bien se nota. Autopistas perfectas, hechas por empresas españolas, coches nuevos y buenos, país mucho más limpio y moderno pero mucho más caro. No siendo el combustible, que esta ligeramente más caro, el resto contar que va a ser mínimo el doble en casi todo, si lo comparas con su vecina Argentina. Parece que estás en España. Las autopistas son iguales, las ciudades plagadas de publicidad de Movistar y Telefónica, los bancos son el BBV y el Santander y hasta se puede ver algún camión Pegaso. Nosotros en Viña del Mar, nos dio la sensación que estábamos en una ciudad costera española.
Notas de viaje: